Adentrarse en este lugar, es como viajar a otro mundo,
surcado de montañas amarillas y rojas, por un rato puedes fantasear de que te
encuentras en marte y mientras tanto justo debajo de nuestros pies, en las entrañas de la
tierra se encuentran las mas de 200 minas y galerías a las que se accede por
una serie de pozos de los cuales en algunos casos alcanzan hasta mas de 200 metros
de profundidad.
Nada más adentrarte en estos paisajes te asalta un fuerte
olor a azufre y a sulfuros que durante toda la visita te acompañara y que hace difícil
oler nada más y es precisamente por culpa de los sulfuros del terreno, que encontramos muy poca vegetación, lo que contribuye a darle más apariencia
de paisaje marciano.
Mientras nos vamos adentrando en este lugar, sorteando
grietas erosionadas por el agua, van apareciendo los primeros pozos de acceso a
las minas
Se sabe que las minas ya estaban en funcionamiento en época romana, pero cuando realmente alcanzaron su apogeo fue a finales del
siglo XIX, este apogeo fue debido a la instalación en el lugar de dos importantes compañías
mineras que re-explotaron las minas Romanas. Pero hacia el año 1960 la actividad en la mina cesó
definitivamente, desde entonces se han intentado reabrir pero las continuas
inundaciones y los gases han dificultado la reapertura.
En el complejo de las minas hay que resaltar dos enormes
lagos, que se forman con la lluvia de color rojo intenso (estos lagos no están siempre,
cuando yo fui solo quedaba uno a la mitad) el motivo de este intenso rojo
sangre de los lagos se debe al ácido que se produce con la oxidación de la
pirita, para ver estos lagos hay que ir después de días lluviosos. pero estos lagos contienen ácido sulfúrico por lo que no recomiendo el baño :)
Las minas son principalmente subterráneas y se conocen pozos
y galerías que alcanzan profundidades de 500 metros a las que se accedía
mediante jaulas movidas por ascensores o castilletes.
Asomarte a estos pozos es realmente terrorífico, son
realmente inquietantes, no puedes ver su fondo y la oscuridad lo cubre todo, de
su interior surge un murmullo que te pone los pelos de punta, muchas veces te
ves sorprendido por bandadas de palomas que anidan en el interior de los pozos
y te dan algún que otro susto de muerte al asomarte al interior, probamos a
tirar varias piedras al interior de los pozos y en ocasiones tardabas bastante en
escuchar la roca llegar al fondo, en otras ocasiones escuchabas como caían sobre agua, esto es debido
a que las galerías se encuentran en muchos casos por debajo del nivel del mar.
Aunque los pozos están bien señalizados y rodeados de un
pequeño muro, pueden ser un tanto peligrosos debido a derrumbes en estos muros,
lo que posibilita la caída al interior de los mismos, por lo que no nos
acercaremos mucho, no me gustaría estar en el pellejo de alguien que se
precipitara al interior.
Si nos olvidamos de estos
pozos y paseamos por la superficie nos encontramos ante un paisaje pos-apocalíptico
lleno de edificios derruidos que son un auténtico tesoro arqueológico industrial.
Nos topamos con castilletes, chimeneas, edificios de
oficinas, etc.…
cuidadito de donde dejamos el coche |