domingo, 14 de octubre de 2012

El polémico cristo de monteagudo



Sobre un castillo musulmán, en lo alto de un cerro, dominando la huerta murciana, se eleva majestuosa la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como Cristo de Monteagudo.
El castillo de Monteagudo constituye una de las fortificaciones más impresionantes y en mejor estado de conservación de la región murciana. Fabricado con tapias de argamasa, está repartido y organizado en tres plataformas o niveles, aprovechando los desniveles del terreno, por donde se distribuyen aljibes, estancias, almacenes, salas y construcciones con otra funcionalidad. Las torres que flanquean todo el recinto forman esquinas de ángulos reentrantes, muy características en la taifa mardanisí.
Ya aparece en fuentes árabes desde el siglo XI bajo las grafías Munt.qüd ó Muntaqüd, y en textos castellanos como Montagut ó Montagudo en la Baja Edad Média.
Dada su situación estratégica el cabezo de Monteagudo fue objeto de ocupación desde tiempos muy primitivos como demuestran los restos de una necrópolis argárica (años 1700-1200 a.C.)
Con la llegada de los musulmanes el lugar adquirirá gran importancia al construirse un conjunto de fortalezas que constituían una línea defensiva destinada a proteger toda la vega murciana y los distintos caminos que unían Murcia con Orihuela. las primeras noticias que tenemos del castillo de Monteagudo datan del año 1078-1079 en que, al ser destronado el reyezuelo de Murcia Abu Abderramen Ibn Tahir por Ibn Ammar, visir del rey al-Mutamid de Sevilla, fue encarcelado en dicho castillo.
En el siglo XII Muhammad Ibn Sad Ibn Mardanix (1147-1171), conocido por los cristianos como el rey Lobo, mandó construir las estructuras que actualmente conocemos.
Tras la conquista de Murcia por los cristianos el castillo de Monteagudo fue residencia por cortos periodos de tiempo del rey Alfonso X el Sabio.
Tras pasar por manos de diferentes reyes y reinas fue un instrumento decisivo en las guerras que se produjeron en el reino de Murcia, produciéndose grandes matanzas tiñendo de sangre las faldas de la montaña y durante un periodo largo de tiempo convirtiéndose en un castillo prisión. Tras la conquista de Granada y la unión de Castilla y Aragón con los Reyes Católicos se llega a la desaparición de la inseguridad reinante en este territorio, y, por tanto, al abandono de la fortaleza, de la que fue su último alcaide Don Juan Chacón, muerto en 1503. Consecuencia de todo ello es también la decadencia de la ciudad, que quedó reducida a un pequeño caserío.
A mediados del siglo XIX el caserío vuelve a convertirse en una ciudad pero el castillo no vuelve a ser ocupado.
La parcela donde se erige el castillo, de más de 10.000 metros cuadrados, fue propiedad de la marquesa de Espinardo. Al cumplirse, hace menos de un lustro, los cincuenta años del fallecimiento de la aristócrata, el terreno pasó a propiedad del Ministerio de Hacienda, que tiene las competencias para cedérselo al Ayuntamiento de Murcia.
Consagrada España oficialmente a la advocación del Sagrado Corazón por Alfonso XIII, en 1926 se erige en el cerro de Monteagudo sobre las ruinas del castillo musulmán una escultura al Sagrado Corazón de Jesús, realizada por Anastasio Martínez. Estaba formada por el Cristo con los brazos abiertos, las imágenes de San Francisco de Asís y de San Francisco Javier, dos indios en actitud orante y un relieve de Santa María de Alcoque en el pedestal, siendo su peso de 20 toneladas.
Llego la guerra civil y aquel primer monumento fue abatido y destruido por los comunistas. 
No fue hasta 1951 que volvió, por orden del Caudillo Franco, a coronar el pueblo de Monteagudo la enorme imagen de un Cristo con los brazos abiertos en cruz. con 14 metros de alto siendo mas grande que la anterior, en esta ocasión diseñada por el artista Nicolás Martínez, fue inaugurada el 28 de octubre de 1951. Es comparable al Cristo Redentor de Río de Janeiro pero a menor escala.
Pero la historia del cristo no terminaría hay, en febrero del año 2010 el colectivo de juristas Asociación Preeminencia del Derecho solicita a la sección de Patrimonio del Ministerio de Hacienda y a la  Delegación del Gobierno en Murcia la retirada de la simbólica estatua.
La solicitud, encabezada por el letrado José Luis Mazón, argumenta su petición en que el Estado es aconfesional y critica que se esté utilizando un espacio público para fines religiosos y pide que se proceda a la eliminación de dicha estatua que, erroneamente, aluda a que desde 1951, "como reliquia del totalitarismo católico impuesto por el régimen de Franco, sobrevive sobre el castillo musulmán de Monteagudo, cuya belleza destroza" cuando la obra es anterior. 
El propio alcalde de Murcia, don Miguel Ángel Cámara,ha decidido salir en defensa del Cristo, al cual ha propuesto declarar como Bien de Interés Cultural. Además,los vecinos de este pueblo murciano han realizado diversas manifestaciones con el objetivo de que no les quiten lo que representa un sentimiento religioso muy arraigado en la historia y cultura popular además de ser un símbolo característico de la pedanía.
Los representantes de la asociación afirman que "la citada estatua, aparte de constituir una enfermiza incrustación que profana al castillo hispano musulmán del último rey islámico (patrimonio histórico), está ubicada en terrenos de propiedad del Estado, por lo que proyecta la identificación de este con el credo católico del cual dimana".
Lo cierto es que el lugar se encuentra en un estado de abandono total y está muy deteriorado, pozos, zonas sin barandilla con caída libre, pasarelas de metal que se mueven al pisarlas y muchos otros peligros donde han sido varios los accidentes donde algunos turistas han salido mal parados. El lugar necesita urgentemente una restauración.
El sitio también está rodeado de leyendas de fantasmas que chocan directamente con la religión, una mezcla extraña, pero no es de extrañar teniendo en cuenta la cantidad de muertes que han sucedido en ese monte y en la época que el castillo fue una prisión.
Una de las leyendas más  conocidas habla de una princesa llamada Zaira que tras ser asesinado si amado salto al vacío desde una de las torres, hay gente que dice haberla visto paseando en lo más alto de las torres con un vestido largo. También se dice que las almas de muchos de los presos siguen atrapadas entre los muros del castillo.
Nosotros llegamos por la mañana y empezamos el ascenso, la primera parada fue en la parte media del monte donde paramos a contemplar la conocida como “la sima del infierno”

Sima del infierno
La sima del infierno es un pozo sin fondo, que hasta hace muy poco nadie había medido su profundidad y donde en tiempos medievales se arrojaban cadáveres, afortunadamente en la actualidad se encuentra tapado con una reja para evitar que nadie se caiga a su interior.
En este punto nos encontramos con una chica y su padre que se ofrecieron a acompañarnos en nuestra visita al monumento, tras pasar por una pasarela sin barandilla llegamos a unas escaleras metálicas rotas que se movían (yo preferí escalar un poco y no cruce por las escaleras)
Tras las escaleras llegamos el recinto del castillo, en este punto hay que tener cuidado de no caerse en los aljibes y aquí acaba la parte fácil del ascenso.
Para seguir subiendo hasta el santo toca escalar una pared vertical sin casi puntos de apoyo, pero con un poco de paciencia se puede escalar y tras la escalada llegas a unas escaleras que te llevan directo al santo.
En la parte más alta del monte nos encontramos más restos del castillo y en su centro la base del cristo, en su base hay un pequeño cuarto que creemos que era una capilla.
Tras explorar la base, comenzamos el ascenso al santo, por unas escaleras de caracol en la más absoluta oscuridad, cabe destacar que a medio camino hay una pequeña ventana muy estrecha (yo no cabía por ella) que da a un pequeño balcón. Las escaleras terminan a los pies del santo con unas vistas espectaculares de Murcia, pero no es apto para gente con vértigo. Lo cierto es que no observamos nada paranormal aunque uno de mis acompañantes tubo pesadillas durante semanas en las que se caía por un precipicio y una cosa en la que todos coincidimos es que todos sentimos en ese lugar una sensación de tristeza que no sabemos cómo explicar y que nos acompaño durante todo la exploración.













Interior del cristo









Pasarela desaparecida





















































6 comentarios:

  1. Vaya mierda, la jodida Iglesia todo lo tiene que profanar, empezando por el mensaje de Jesus.
    Desde luego se lucen los de patrimonio, nacional y murciano, no tenemos remedio.

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  2. Le he de dar las gracias por este gran reportaje. Llevo 4 años intentando visitarlo y no hay manera humana de acceder.

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  3. Habría que poner en valor este monumento. Es una joya por pulir. Sería muy bueno para Murcia. Otros monumentos menos importantes, se han restaurado y dejan muchos beneficios a la ciudad.

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